domingo, julio 28, 2013

Biografía de un río

Esta serie de videos constituyen un interesante documento sobre nuestros ríos, su historia, sus posibilidades y como se ve afectado por el sistema económico depredador en el que vivimos.
El equipo interdisciplinario que lo realizó ha hecho un trabajo de mucho valor. Vale la pena que se tomen un tiempo para verlo.

http://www.youtube.com/playlist?list=PLFA96F54C0F0949E2

viernes, abril 08, 2011

LA VERDADERA DEUDA EXTERNA

Finalmente he sabido de quién es el texto que he transcripto el 14 de agosto de 2008 con el título AQUÍ PUES YO / ALGO PARA RECORDAR. En el mismo decía que no tenía conocimiento de cómo me había llegado ese texto, pero que creía importante difundirlo. Su autor resultó ser Luis Britto García, escritor venezolano nacido en Caracas en 1940. El dato lo saqué del sitio de Pepe Rodríguez, doctor en sicología de la Universidad de Barcelona. Pues como el texto que publiqué no estaba completo, ahí va en su totalidad, porque no ha perdido vigencia.

LA VERDADERA DEUDA EXTERNA

Aquí pues yo, Guaicaipuro Cuatémoc, he venido a encontrar a los que celebran el encuentro.Aquí pues yo, descendiente de los que poblaron la América hace cuarenta mil años, he venido a encontrar a los que se encontraron hace quinientos años.

Aquí pues nos encontramos todos. Sabemos lo que somos, y es bastante. Nunca tendremos otra cosa.El hermano aduanero europeo me pide papel escrito con visa para poder descubrir a los que me descubrieron. El hermano usurero europeo me pide pago de una deuda contraída por Judas, a quien nunca autoricé a venderme. El hermano leguleyo europeo me explica que toda deuda se paga conintereses, aunque sea vendiendo seres humanos y países enteros, sin pedirles consentimiento. Yo los voy descubriendo.También yo puedo reclamar pagos, también puedo reclamar intereses.

Consta en el Archivo de Indias. Papel sobre papel, recibo sobre recibo, firma sobre firma, que solamente entre el año 1503 y 1660 llegaron a Sanlúcar de Barrameda 185 mil Kg de oro y 16 millones Kg de plataprovenientes de América. ¿Saqueo? ¡No lo creyera yo! Porque sería pensar que los hermanos cristianos faltaron al Séptimo Mandamiento. ¿Expoliación? ¡Guárdeme Tanatzin de figurarme que los europeos, como Caín, matan y niegan la sangre del hermano! ¿Genocidio? ¡Eso sería dar crédito a calumniadores como Bartolomé de las Casas, que califican al encuentro de 'destrucción de las Indias', o a ultrosos como Arturo Uslar Pietri, que afirma que el arranque del capitalismo y la actual civilización europea se deben a la inundación de metales preciosos. ¡No! Esos 185 mil Kg de oro y 16 millones Kg de plata deben ser considerados como el primero de muchos préstamos amigables de América destinados al desarrollo de Europa. Lo contrario sería presumir la existencia de crímenes de guerra, lo que daría derecho no sólo a exigir su devolución inmediata, sino la indemnización por daños y perjuicios.

Yo, Guaicaipuro Cuatémoc, prefiero creer en la menos ofensiva de las hipótesis.Tan fabulosas exportaciones de capital no fueron más que el inicio de un plan Marshall-tezuma, para garantizar la reconstrucción de la bárbara Europa, arruinada por sus deplorables guerras contra los cultos musulmanes, creadores del álgebra, la poligamia, el baño cotidiano y otros logros superiores de la civilización.

Por eso, al celebrar el Quinto Centenario del Empréstito, podremos preguntarnos: ¿Han hecho los hermanos europeos un uso racional, responsable o, por lo menos, productivo de los recursos tan generosamente adelantados por el Fondo Indoamericano Internacional? Deploramos decir que no.En lo estratégico, lo dilapidaron en las 'batallas de Lepanto', en 'armadas invencibles', en 'terceros reichs' y otras formas de exterminio mutuo, sin otro destino que terminar ocupados por las tropas gringas de laOTAN, como Panamá pero sin canal.

En lo financiero, han sido incapaces, después de una moratoria de 500 años, tanto de cancelar el capital y sus intereses cuanto de independizarse de las rentas líquidas, las materias primas y la energía barata que les exporta el Tercer Mundo.

Este deplorable cuadro corrobora la afirmación de Milton Friedman, conforme a la cual una economía subsidiada jamás puede funcionar. Y nos obliga a reclamarles, por su propio bien, el pago del capital y los intereses que, tan generosamente, hemos demorado todos estos siglos.Al decir esto aclaramos que no nos rebajaremos a cobrarles a los hermanos europeos las viles y sanguinarias tasas flotantes de 20%, y hasta 30%, que los hermanos europeos le cobran a los pueblos del Tercer Mundo. Nos limitaremos a exigir la devolución de los metales preciosos adelantados, más el módico interés fijo de 10% anual, acumulado sólo durante los últimos 300 años.Sobre esta base, y aplicando la fórmula europea del interés compuesto, informamos a los descubridores que nos deben, como primer pago de su deuda, una masa de 180 mil Kg de oro y 16 millones Kg de plata, ambas elevadas a la potencia de 300. Es decir, un número para cuya expresión total, serían necesarias más de 300 cifras, y que supera ampliamente el peso total de la Tierra. ¡Muy pesadas son esas moles de oro y plata! ¿Cuánto pesarían, calculadas en sangre? Aducir que Europa, en medio milenio, no ha podido generar riquezas suficientes para cancelar ese módico interés, sería tanto como admitir su absoluto fracaso financiero y/o la demencial irracionalidad de los supuestos del capitalismo.

Tales cuestiones metafísicas, desde luego, no nos inquietan a los indoamericanos.Pero sí exigimos en forma inmediata la firma de una 'carta de intención' que discipline a los pueblos deudores del Viejo Continente; y que los obligue a cumplir su compromiso mediante una pronta privatización o reconversión de Europa, que les permita entregárnosla entera, como primer pago de la deuda histórica.

Dicen los pesimistas del Viejo Mundo que su civilización está en una bancarrota tal que les impide cumplir con sus compromisos financieros o morales.

En tal caso, nos contentaríamos con que nos pagaran entregándonos la bala con la que mataron al Poeta.

Pero no podrán. Porque esa bala es el corazón de Europa.

viernes, marzo 04, 2011

Eficiencia energética El efecto rebote

Hace un par de años leí un artículo de Pablo Linares, publicado en Soitu.es, en el cual planteaba el problema del efecto rebote al considerar la eficiencia energética. Me pareció que sigue teniendo vigencia y por eso lo menciono ahora.

El efecto rebote, según Linares, es aquel que se produce cuando frente a un mejoramiento de la eficiencia energética, el consumo energético no se reduce de la misma manera, antes bien, suele aumentar.

¿Cómo es esto? Pues bien, cuando mejoramos la eficiencia energética de un proceso productivo, por ejemplo un coche que consume menos, aumentamos el uso de ese producto porque nos resulta más barato o trasladamos la diferencia a favor nuestro a otras actividades que también generan un gasto de energía. Es así que la mejora en la eficiencia energética puede generar un mayor consumo de energía. De donde: “No todas las mejoras en eficiencia energética -dice Linares- se traducen en ahorro de energía”.

Al considerar la macroeconomía estos valores cobran importancia. Dice Linares al respecto que “el efecto rebote depende de cuánto baje el precio, de la elasticidad del consumo ante los cambios de precio y de renta, de la posible sustitución entre combustibles, o de las relaciones productivas en la economía. Así que, aunque en teoría –sigue aclarando-, siempre se podría esperar un cierto efecto rebote, en la práctica hay situaciones donde sí es significativo y otras donde no”.

La paradoja es que una reducción en el precio efectivo de la energía puede suponer un aumento del consumo (Jevons). Una paradoja difícil de solucionar en una economía que basa su funcionamiento en el crecimiento ilimitado del consumo.

jueves, marzo 03, 2011

Flora y fauna del Delta del Paraná


La flora

La flora del Delta del Paraná se corresponde con especies de diversos orígenes: subtropical, chaqueño, uruguayense y pampeano.

En el Delta Superior hay una predominancia de elementos chaqueños, especialmente sobre las barrancas que rodean al sistema de islas. El Río Uruguay arrastra especies que se instalan en los albardones de las islas del Delta Inferior. La Estepa o Pradera Pampeana se afinca principalmente en la islas altas del Delta Superior y Medio.

Las aguas con su movimiento de construcción y destrucción de islas, es causa de la formación de ambientes diversos, con tipos particulares de vegetales, que a su vez van cambiando con el tiempo.

Las plantas predominantes son las acuáticas y palustres y se inician en bancos y orillas, favorecidas por las aguas que allí tienen poca fuerza y vienen cargadas de sedimentos . Cualquier obstáculo (un barco hundido, troncos y camalotales varados, etc.) ayuda al comienzo del proceso. Allí se colonizan las especies "pioneras" como el Junco. Con sus rizomas y raíces, junto a la acumulación de materia vegetal, va contribuyendo paulatinamente a la elevación del terreno, que dará origen a un isla. El sector más alto de las islas, el albardón, está ocupado por bosques húmedos.

En el Delta Superior y Medio, se encuentra al Sauce Criollo, Aliso de Río, Curupí, Laurel, Timbó Blanco y Ceibo. Se trata de un bosque pobre en epífitas y lianas, formado por árboles de madera blanda y rápido crecimiento.

En el Delta Inferior, impera lo que se llama el "Monte Blanco". baja Es de baja altura, abundan en lianas y epífitas y contiene una amplia diversidad de especies arbóreas como: Laurel, Ingá, Higuerón, Canelón, Anacahuita, Mataojo, Espina de Bañado, etc.. Sobresalen cada tanto las Palmeras Pindó, que le han dado el nombre al Paraná de las Palmas. En el interior de las islas se encuentran comunidades vegetales como el Cardazal, formado por Cardas y Serruchetas, los matorrales de Chilca y Acacia Mansa y, finalmente, los Pajonales que se hallan en el sector central más bajo e inundable.

Camalotes, Carrizos, Canutillos, Espadañas, Totoras, Pajas Bravas, cubren las orillas de riachos, arroyos y lagunas. Los Camalotales, no sólo transportan especies que enriquecen y renuevan la vida silvestre del Delta, sino sirven de freno a la velocidad de las aguas y esto permite que se inicie el proceso de formación de las islas del Delta.

La flora que ha sido introducida en forma voluntaria o involuntaria, es un serio problema para el ecosistema deltaico, porque desplaza a la flora nativa y coloniza los ambientes naturales. Arboles como la Ligustrina, el Arce, la Mora, varias especies de Sauces exóticos, arbustos como el Ligustro, enredaderas como la Madreselva y la Zarzamora, ocupan los albardones de las islas, mientras que las zonas bajas inundables son invadidas por el Lirio Amarillo y la Vara de Ámbar.

Fauna
La fauna del Delta está conformada por especies que provienen de diversos biomas. Su estratégica ubicación geográfica lo convierte en receptor de todas las especies animales que se dispersan a través de los ríos Paraná y Uruguay. Las aves se distribuyen con mayor facilidad, siguiendo, por ejemplo, los bosques en galería que se presentan a todo lo largo de los grandes ríos, en forma casi ininterrumpida, desde Misiones hasta las márgenes del Río de la Plata.
Los mamíferos, anfibios y reptiles han aprovechado para alcanzar estas latitudes, un medio de transporte natural: los "camalotales". Estas verdaderas islas vegetales flotantes provenientes del norte, han acarreado desde los orígenes del Delta, una gran cantidad de animales que paulatinamente colonizaron y poblaron las islas, conformando así su actual composición faunística. Las grandes inundaciones del Paraná arrancan camalotales de mayor o menor extensión provenientes en su mayor parte de los esteros del Chaco Húmedo. Sobre estas plataformas se han encontrado una infinidad de insectos, ranas, sapos, culebras, víboras venenosas, Yacarés, Carpinchos, Monos Aulladores, y en los camalotales de gran tamaño, hasta Yaguaretés. Gracias a esta característica, el Delta constituye el punto más austral de dispersión de numerosas especies animales de origen subtropical. En cuanto a los peces, se han detectado unas 223 especies. Entre las de importancia comercial figura el Sábalo (que forma enormes cardúmenes); el legendario Dorado, el Pacú y los Surubíes (el Manchado y el Atigrado) son las más buscadas por los pescadores deportivos. Bagres de diversos tipos, Anguilas, Tarariras, y otras numerosas especies conforman el elenco ictícola. Una gran variedad de sapos y ranas, algunas de las cuales son exclusivas del Delta, como la Rana de las Cardas y la Ranita Isleña, habitan los ambientes acuáticos junto a Culebras y Tortugas, como la Pintada y la de Laguna. El Yacaré Overo o Ñato aprovecha ocasionalmente las grandes crecientes para llegar al Delta. Las aves acuáticas dominan ampliamente en la región. Las lagunas y bañados del centro de las islas reúnen aves como los Macáes, varias especies de Patos, Garzas , Gallaretas, Chajáes, Burritos que se ocultan entre la densa vegetación y Caraus, entre otras aves. Una curiosa rapaz, el Caracolero, posee un ganchudo pico que es un eficaz instrumento para extraer a los caracoles de sus valvas. Los arroyos y riachos son el hábitat preferido del Biguá Común, el Biguá Víbora y los Martines Pescadores. El bosque de albardón posee una mayor diversidad faunística que el resto de los ambientes deltaicos. La gran cantidad de estratos de vegetación que posee, provee de numerosos hábitats para los animales silvestres. Allí encontramos la Pava de Monte, que posee en el Delta su límite austral de distribución, el Juan Chiviro, el Chiví, el vistoso Cardenal Azul, entre muchas otras aves. Los mamíferos más comunes son también los de hábitos acuáticos, como el Carpincho y el Coipo. El Lobito de Río, suele verse todavía en los arroyos y pequeños ríos, aunque hoy está en peligro de extinción. El Ciervo de los Pantanos, el mayor ciervo autóctono sudamericano, tiene en el Delta una de sus dos poblaciones más importantes de Argentina. Adaptado a los ambientes anegadizos, se refugia en los pajonales del centro de las islas. Marsupiales como la Comadreja Overa, de hábitos arborícolas y la Comadreja colorada que habita los pajonales y zonas bajas, son todavía fáciles de hallar.
El mayor carnívoro del Delta, el Yaguareté o Tigre, fue cazado hasta el exterminio en las primeras décadas del siglo XX y hoy sólo existe en las leyendas.

martes, marzo 01, 2011

El Delta del Paraná: terminal de la Cuenca del Plata


La región del Delta del Paraná se extiende desde su frente en el Río de la Plata, ubicado casi sobre la ciudad de Buenos Aires hasta la provincia de Entre Ríos. Se caracteriza por un conjunto de ríos y arroyos que cruzan la totalidad de la región e islas de escasa elevación conformadas por suelos aluviales derivados de sedimentos, aportados por el mismo río, y una densa vegetación.

El Delta del Paraná es la terminal de la vasta Cuenca hidrográfica del Plata que se extiende sobre Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay, con una superficie de 3.100.000 km2. La cuenca del río Uruguay representa el 15% de su superficie, y el sistema de los ríos Paraná – Paraguay, al cual se une el sistema Pilcomayo – Bermejo, el 85% restante.

Cuenca del Plata
Por su magnitud la Cuenca del Plata es la tercera en el mundo precedida por la Cuenca del Amazonas (6.110.000 Km2 ) y la Cuenca del Zaire (3.700.000 Km2.).
En ella viven más de 100 millones de habitantes y su producción equivale al 70% del PBN de los cinco países que la integran. Es una región estratégica por su valor económico, ecológico y geopolítico.

Esta extensa cuenca hídrica desemboca en el Océano Atlántico con nombre propio: el Río de la Plata, al que se reconoce un área de 130.000 Km2. La magnitud de los derrames de sus cursos de agua con un caudal medio anual de 22.600 m3/s la convierten en uno de los reservorios de agua dulce más importantes del planeta. La densa cobertura vegetal de sus extensas áreas boscosas y praderas la posicionan como un relevante agente de captura de anhídrido carbónico (CO2) de fundamental importancia en el balance mundial de emisiones a la atmósfera.

El Río de la Plata descarga una cantidad de agua de más de 20 mil metros cúbicos por segundo. Es el tercero más caudaloso del planeta, después del Amazonas y el Congo.

El largo viaje de las aguas hasta el Delta

El Río Paraná, que discurre a lo largo de una amplia falla de magnitud continental, constituye uno de los ejes colectores de la gigantesca Cuenca del Plata. Tras la confluencia con el río Paraguay, a la altura de la ciudad de Corrientes, el río Paraná tiene un caudal medio de 14.000 m3/seg.

En su tramo inferior, a partir de la ciudad de Diamante, en sus últimos 300 kilómetros de recorrido, el Paraná ofrece un magnífico motivo de asombro: un delta vivo de 15.000 km2, originado por la deposición de sedimentos provenientes de toda la Cuenca del Plata.

La carga de sedimentos en suspensión que trae el río sorprende por su magnitud: 200 millones de toneladas por año. Mayormente, esa carga está formada por arcillas provenientes de los ríos Bermejo (aporta 100 millones de toneladas) y Pilcomayo, cuyas nacientes están en la Cordillera de los Andes, a la altura de Bolivia y el Noroeste argentino.

Este rasgo determina el permanente "avance" del Delta, que se estima entre 70 a 90 metros por año. Los sedimentos son depositados sobre el Río de la Plata, lo que le da al Delta del Paraná su singularidad a nivel mundial: es el único delta que no está en contacto con el mar, sino con otro río.

Luego de recorrer 320 kilómetros, en un terreno de suave pendiente, las aguas se vuelcan a través de catorce bocas, entre las que se destacan, de norte a sur: Río Paranacito, Arroyo Martínez, Arroyo de La Tinta, Arroyo Brazo Largo, Río Gutiérrez, Río Paraná Bravo, Río Sauce, Río Paraná Guazú, Río Barca Grande, Río Paraná Miní, Río Paraná de las Palmas y Río Luján.

La compleja red hídrica definida por el Delta, está sometida a periódicas inundaciones, de mayor o menor magnitud, que tienen a veces graves consecuencias para la población, pero que funcionan como reguladores naturales de la vida silvestre (transportando nutrientes, semillas, plantas y animales) y como agente modelador del paisaje.


Regiones del Delta

El Delta del Paraná, desde Diamante hasta su desembocadura se divide en tres grandes regiones:
· el Delta Superior (desde Diamante, Entre Ríos, hasta Villa Constitución, Santa Fe)
· el Delta Medio (desde Villa Constitución hasta Ibicuy, Entre Ríos)
· el Delta Inferior o en formación (desde Ibicuy hasta la desembocadura).

El efecto moderador de las temperaturas invernales, producido por las grandes masas de agua que conforman el Delta, permite el establecimiento, en latitudes templadas, de especies animales y vegetales de origen subtropical.


Fuentes:
Fundación Bariloche
www.fundacionbariloche.org.ar

Fundación Protigre y cuenca del Plata
http://www.protigre.org.ar/documentacion/Deltaycuencadelplata

Instituto de la cuenca del Plata
Facultad de Ciencia y Tecnología de
La Universidad del Salvador
http://www.salvador.edu.ar/cytc/icp/html/poea.htm


jueves, agosto 14, 2008

Aquí pues yo

ALGO PARA RECORDAR

Hace tiempo que tengo este texto en mi poder y no recuerdo cómo llegó hasta mí. Pero me parece bien ejercitar la memoria de vez en cuando, para no perder de vista el futuro.

Exposición del Cacique Guaicaipuro Cuatemoc ante la reunión de Jefes de Estado de la Comunidad Europea (08/02/2002).
Con lenguaje simple, que era trasmitido en traducción simultánea a más de un centenar de Jefes de Estado y dignatarios de la Comunidad Europea, el Cacique Guaicaipuro Cuatemoc logró inquietar a su audiencia cuando dijo:



"Aquí pues yo, Guaicaipuro Cuatemoc he venido a encontrar a los que celebran el encuentro.
Aquí pues yo, descendiente de los que poblaron la América hace cuarenta mil años, he venido a encontrar a los que la encontraron hace solo quinientos años.
Aquí pues, nos encontramos todos. Sabemos lo que somos, y es bastante.
Nunca tendremos otra cosa.
El hermano aduanero europeo me pide papel escrito con visa para poder descubrir a los que me descubrieron.
El hermano usurero europeo me pide pago de una deuda contraída por Judas, a quien nunca autoricé a venderme.
El hermano leguleyo europeo me explica que toda deuda se paga con intereses aunque sea vendiendo seres humanos y países enteros sin pedirles consentimiento.
Yo los voy descubriendo. También yo puedo reclamar pagos y también puedo reclamar intereses.
Consta en el Archivo de Indias, papel sobre papel, recibo sobre recibo y firma sobre firma, que solamente entre el año 1503 y 1660 llegaron a San Lucas de Barrameda 185 mil kilos de oro y 16 millones de kilos de plata provenientes de América.
¿Saqueo? ¡No lo creyera yo! Porque sería pensar que los hermanos cristianos faltaron a su Séptimo Mandamiento.
¿Expoliación? ¡Guárdeme Tanatzin de figurarme que los europeos, como Caín, matan y niegan la sangre de su hermano!
¿Genocidio? Eso sería dar crédito a los calumniadores, como Bartolomé de la Casas, que califican al encuentro como de destrucción de las Indias, o a ultrosos como Arturo Uslar Pietri, que afirma que el arranque del capitalismo y la actual civilización europea se deben a la inundación de metales preciosos!
¡No! Esos 185 mil kilos de oro y 16 millones de kilos de plata deben ser considerados como el primero de muchos otros préstamos amigables de América, destinados al desarrollo de Europa. Lo contrario sería presumir la existencia de crímenes de guerra, lo que daría derecho no sólo a exigir la devolución inmediata, sino la indemnización por daños y perjuicios.
Yo, Guaicaipuro Cuatemoc, prefiero pensar en la menos ofensiva de estas hipótesis.
Tan fabulosa exportación de capitales no fueron más que el inicio de un plan ""MARSHALLTESUMA"", para garantizar la reconstrucción de la bárbara Europa, arruinada por sus deplorables guerras contra los cultos musulmanes, creadores
del álgebra, la poligamia, el baño cotidiano y otros logros superiores de la civilización.
Por eso, al celebrar el Quinto Centenario del Empréstito, podremos preguntarnos:
¿Han hecho los hermanos europeos un uso racional, responsable o por lo menos productivo de los fondos tan generosamente adelantados por el Fondo Indoamericano Internacional?
Deploramos decir que no.
En lo estratégico, lo dilapidaron en las batallas de Lepanto, en armadas invencibles, en terceros reichs y otras formas de exterminio mutuo, sin otro destino que terminar ocupados por las tropas gringas de la OTAN, como en Panamá, pero sin canal.
En lo financiero, han sido incapaces, después de una moratoria de 500 años, tanto de cancelar el capital y sus intereses, cuanto de independizarse de las rentas líquidas, las materias primas y la energía barata que les exporta y provee todo el Tercer Mundo.
Este deplorable cuadro corrobora la afirmación de Milton Friedman según la cual una economía subsidiada jamás puede funcionar y nos obliga a reclamarles, para su propio bien, el pago del capital y los intereses que, tan generosamente hemos demorado todos estos siglos en cobrar.
Al decir esto, aclaramos que no nos rebajaremos a cobrarle a nuestro hermanos europeos las viles y sanguinarias tasas del 20 y hasta el 30 por ciento de interés, que los hermanos europeos le cobran a los pueblos del Tercer Mundo.
Nos limitaremos a exigir la devolución de los metales preciosos adelantados, más el módico interés fijo del 10 por ciento, acumulado solo durante los últimos 300 años, con 200 años de gracia.
Sobre esta base, y aplicando la fórmula europea del interés compuesto, informamos a
los descubridores que nos deben, como primer pago de su deuda, una masa de 185 mil kilos de oro y 16 millones de plata, ambas cifras elevadas a la potencia de 300.
Es decir, un número para cuya expresión total, serían necesarias más de 300 cifras, y que supera ampliamente el peso total del planeta Tierra. Muy pesadas son esas moles de oro y plata. ¿Cuánto pesarían, calculadas en sangre?
Aducir que Europa, en medio milenio, no ha podido generar riquezas suficientes
para cancelar ese módico interés, sería tanto como admitir su absoluto fracaso financiero y/o la demencial irracionalidad de los supuestos del capitalismo.
Tales cuestiones metafísicas, desde luego, no nos inquietan a los indoamericanos.
Pero sí exigimos la firma de una Carta de Intención que discipline a los pueblos deudores del Viejo Continente, y que los obligue a cumplir su compromiso mediante una pronta privatización o reconversión de Europa, que les permita entregárnosla entera, como primer pago de la deuda histórica..."

Cuando el Cacique Guaicaipuro Cuatemoc dio su conferencia ante la reunión de JEFES DE ESTADO DE LA COMUNIDAD EUROPEA, no sabía que estaba exponiendo una tesis de Derecho Internacional para determinar LA VERDADERA DEUDA EXTERNA, ahora solo resta que algún gobierno latinoamericano tenga el valor suficiente para hacer el reclamo ante los Tribunales Internacionales.

20 años después nada ha cambiado

Archivado en:cambio climatico, medio ambiente
Por SOITU.ES
Actualizado 27-06-2008 16:26 CET



Dos décadas después de su primera comparecencia sobre el cambio climático, el científico de la NASA James Hansen volvió a hablar el pasado 23 de junio del problema del calentamiento global en el Congreso de Estados Unidos. Hemos traducido parte de su discurso.


Mi presentación de hoy tiene lugar exactamente 20 años después de mi testimonio ante el Congreso, el 23 de junio de 1988, que alertaba al público de que el calentamiento global estaba en marcha. Entre aquella fecha y el presente existen sorprendentes semejanzas, pero una gran diferencia.
De nuevo, ha crecido la brecha entre lo que la comunidad científica relevante sabe acerca del calentamiento global y lo que saben los políticos y la población. Hoy como ayer, la evaluación franca de datos científicos lleva a conclusiones que conmocionan a la clase política. Hoy como ayer, puedo afirmar que dichas conclusiones tienen un grado de certeza superior al 99%.
La diferencia está en que, actualmente, hemos agotado el tiempo disponible para emprender las acciones necesarias que desactiven la bomba de relojería del calentamiento global. El año que viene, el nuevo Presidente y el Congreso deberán trazar un plan en el que los Estados Unidos ejerzan el liderazgo correspondiente a nuestra responsabilidad en la peligrosa situación actual. De lo contrario, resultará inútil tratar de reducir el dióxido de carbono atmosférico a niveles que eviten que el sistema climático alcance un punto de inflexión más allá del cual se producirá una espiral de desastrosos cambios climáticos que escapará al control de la Humanidad.
[...] El 20 de junio de 1988, testifiqué en la audiencia de una comisión, presidida por el senador Tim Wirth de Colorado, que la tierra mostraba una tendencia al calentamiento a largo plazo, y que ello se debía casi con toda seguridad a los gases de efecto invernadero provocados por el hombre. Señalé que el calentamiento global potenciaba ambos extremos del ciclo hidrológico, es decir, incendios forestales y sequías más pertinaces por una parte, pero también lluvias más intensas e inundaciones. Mi testimonio fue recibido con escepticismo hace dos décadas. Aunque el escepticismo es la savia de la ciencia, puede confundir a la gente.
[...] Mis conclusiones de 1988 se basaban en una amplia gama de datos procedentes de la física elemental, estudios planetarios, observaciones de los cambios en curso y modelos climáticos. Los indicios eran lo bastante sólidos como para que pudiese decir que había llegado el momento de "dejarse de palabrería". Estaba seguro de que, con el tiempo, la comunidad científica llegaría a un consenso semejante, como así fue. A pesar de que el reconocimiento internacional del calentamiento global fue rápido, se ha vacilado a la hora de actuar. EE UU. rehusó poner coto a sus emisiones, y algunos países en vías de desarrollo, como India y China, aumentaron rápidamente sus emisiones.
¿Qué está en juego? El calentamiento, de unos dos grados Fahrenheit en la corteza terrestre, parece hasta ahora casi inocuo, siendo inferior a las fluctuaciones climáticas que se dan de un día para otro. Sin embargo, está ya 'de camino' un mayor calentamiento, retardado sólo por la gran inercia de los océanos. El clima está acercándose a peligrosos puntos de inflexión. Se han conjugado los elementos para una 'tormenta perfecta', un cataclismo global. El clima puede alcanzar un punto en el que ciertas reacciones amplificadas desencadenen profundas y rápidas transformaciones. El hielo del mar Ártico es un buen ejemplo hoy día. El calentamiento global ha originado el deshielo marítimo, al propiciar que las regiones abismales del océano absorban más luz solar, derritiéndose así mayor cantidad de hielo. En consecuencia, y sin necesidad de gases de efecto invernadero adicionales, el Ártico dejará muy pronto de tener hielo en verano.
Se avecinan también otros puntos de inflexión aterradores. Las capas de hielo del Antártico Oeste y Groenlandia son vulnerables incluso al mínimo calentamiento adicional. Estos monstruos de tres kilómetros de grosor responden lentamente al principio, pero, si cunde la desintegración, será imposible detenerla. El debate entre los científicos se limita a calcular cuánto se elevará el nivel del mar para una fecha dada. En mi opinión, si las emisiones siguen dependiendo de la lógica habitual del beneficio económico, es probable que el nivel del mar suba al menos dos metros en este siglo. Cientos de millones de personas se convertirán en refugiados. No se restablecerá una costa estable en un tiempo concebible para la Humanidad.
Las especies animales y vegetales padecen ya el cambio climático. Si el calentamiento continúa, las especies polares y alpinas desaparecerán del planeta. Otras especies tratarán de migrar, pero, a medida que algunas se extingan, sus interdependencias pueden provocar el colapso del ecosistema. Se han producido anteriormente varias extinciones masivas, de más de la mitad de las especies del planeta, cuando la tierra se ha calentado tanto como se espera que lo haga si continúan aumentando los gases de efecto invernadero. La biodiversidad se ha recuperado, pero han tenido que pasar cientos de miles de años.
En mi opinión, si las emisiones siguen dependiendo de la lógica habitual del beneficio económico, es probable que el nivel del mar suba al menos dos metros en este siglo.
La inquietante conclusión, documentada en un trabajo que he escrito con algunos de los principales expertos mundiales en el clima, es que un nivel seguro de dióxido de carbono atmosférico no debe exceder las 350 ppm (partes por millón), y tal vez incluso menos. La cantidad de dióxido de carbono es ya de 385 ppm, y aumenta unas 2 ppm por año. Sorprendente corolario: el reiterado objetivo de mantener el calentamiento global por debajo de dos grados Celsius (3,6 grados Fahrenheit) es una receta para el desastre global, no para la salvación. Estas conclusiones se basan en datos paleoclimáticos que muestran cómo respondió la Tierra en el pasado a las concentraciones de gases de efecto invernadero, y en observaciones que muestran cómo está respondiendo el mundo hoy día a la acumulación de dióxido de carbono. Las consecuencias de un aumento continuado de gases de efecto invernadero van mucho más allá de la extinción de especies y la futura subida del nivel del mar.
Las zonas de clima subtropical árido están expandiéndose en dirección a los polos. Se ha producido ya una expansión media de 400 kilómetros, que afecta al sur de Estados Unidos, la región mediterránea, Australia y el sur de África. Los incendios forestales y la desecación de los lagos seguirán aumentando, a menos que se detenga e invierta la tendencia a la concentración de dióxido de carbono. Los glaciares de montaña son fuente de agua fresca para cientos de millones de personas. Estos glaciares están desapareciendo en todo el mundo, en el Himalaya, los Andes y las Montañas Rocosas. Desaparecerán, convirtiéndose los ríos en meros hilos de agua a finales del verano y en otoño, a menos que se invierta la tendencia al crecimiento del dióxido de carbono. En los arrecifes de coral, que son la selva tropical del océano, vive un tercio de las especies marítimas. Los arrecifes de coral están amenazados por diversas razones, el calentamiento entre ellas, pero especialmente debido a la acidificación del océano, un efecto directo de la acumulación de CO2. La vida marítima que depende de conchas y esqueletos carbónicos corre peligro de disolución a medida que el mar se torna más ácido.
[...] El abandono paulatino del consumo de carbón, excepto cuando el carbono se obtenga y almacene bajo tierra, es el principal requisito para solucionar el calentamiento global. El petróleo se usa para los vehículos cuando no resulta práctico extraer carbón. Pero el petróleo se está acabando. Para conservar nuestro planeta, debemos también asegurarnos de que la próxima fuente de energía para el transporte no se obtenga extrayendo petróleo del carbón, la pizarra asfáltica u otros combustibles fósiles. Los yacimientos de combustibles fósiles son finitos; ésta es la principal razón de que suban los precios. En algún momento, habremos de dejar atrás los combustibles fósiles. La solución al problema del clima exige que pasemos sin demora a usar recursos energéticos que no contengan carbono.
Los intereses creados han bloqueado la transición a nuestro futuro de energía renovable. En lugar de avanzar intensamente en el uso de energías renovables, las empresas de combustibles fósiles prefieren sembrar la duda acerca del calentamiento global, como las compañías tabaqueras desmintieron el vínculo entre fumar y el cáncer. Los métodos empleados son sofisticados, llegándose a financiar la determinación de los contenidos sobre el calentamiento global en los libros de texto escolares. Los directivos de las empresas de energías fósiles saben lo que están haciendo y son conscientes de las consecuencias a largo plazo de mantener esta explotación económica. En mi opinión, dichos directivos deberían ser juzgados por crímenes contra la Humanidad y la Naturaleza.
Los intereses han bloqueado la transición a nuestro futuro de energía renovable. En lugar de avanzar intensamente en el uso de energías renovables, las empresas de combustibles fósiles prefieren sembrar la duda acerca del calentamiento global.
[...] Si los políticos siguen a la gresca, los ciudadanos deben tomar la iniciativa. Tenemos que exigir una moratoria en la construcción de nuevas estaciones eléctricas que funcionen con carbón. Tenemos que contrarrestar los intereses de las empresas de combustibles fósiles, que pretenden exprimir hasta la última gota de petróleo de los terrenos públicos, los fondos marinos y las zonas selváticas vírgenes. Esas últimas gotas no son la solución. Proporcionan constantes beneficios exorbitantes a una industria miope y egoísta, pero ningún alivio para nuestra adicción ni una fuente de energía a largo plazo.
Pasar de los combustibles fósiles a una energía limpia es un reto, pero conlleva cambios deseables en muchos sentidos. Los combustibles fósiles baratos y subvencionados generaron malos hábitos. Por ejemplo, importamos comida del otro lado del mundo incluso cuando disponemos de productos más sanos en nuestros propios campos. Los productos locales serían competitivos si no fuera por los subsidios al combustible fósil y por el hecho de que los daños y costes del cambio climático, debido a los combustibles fósiles, los soporta también toda la ciudadanía.
Poner un precio a las emisiones dañinas es esencial. Sí, un impuesto al carbono. Se precisa un impuesto al carbono con un dividendo del 100% para quitarnos la adicción a los combustibles fósiles. El impuesto y el dividendo harán que el mercado, y no los políticos, tomen decisiones de inversión.Gravar el carbono contenido en carbón, petróleo y gas es sencillo, aplicándose el impuesto en el primer punto de venta o puerto de entrada. El impuesto completo debe revertir en la ciudadanía, recibiendo cada adulto una cantidad igual, y cada niño media participación. Este dividendo puede depositarse mensualmente en una cuenta bancaria personal. El impuesto carbónico con dividendo del 100% no es regresivo. Antes bien, apuesto a que las personas de ingresos medios y bajos hallarán el modo de limitar el monto de su impuesto carbónico y salir adelante. Los derrochadores de energía tendrán que pagar por sus excesos.
La demanda de productos de alto rendimiento bajos en carbono estimulará la innovación, haciendo nuestros productos más competitivos en el mercado internacional. . Disminuirán las emisiones de hollín, mercurio y otros combustibles fósiles. Un futuro más brillante y limpio de independencia energética es posible.
Se precisa un impuesto al carbono con un dividendo del 100% para quitarnos la adicción a los combustibles fósiles.
A Washington le gusta gastar el dinero de nuestros impuestos partida a partida. Enjambres de agentes de grupos de presión, muy bien pagados y con zapatos de cocodrilo, ayudan al Congreso a decidir en qué gastar, y, a cambio, sus clientes aportan dinero "para la campaña". [...] El próximo presidente debe considerar imperativa la creación de una red nacional de suministro eléctrico de bajo coste energético. Esto permitirá que las energías renovables dispersas sustituyan a los combustibles fósiles en la generación de electricidad [...].
"La industria del fósil tiene un completo dominio sobre Washington gracias a la demagogia, usando a China y otras naciones en desarrollo como chivos expiatorios que permitan racionalizar la inacción. De hecho, nosotros hemos producido la mayor parte del excedente carbónico que se encuentra en el aire actualmente, y nos conviene como nación actuar inteligentemente, desarrollando formas de reducir las emisiones. Como con el problema del ozono, puede concederse a los países en desarrollo un tiempo adicional para reducir sus emisiones. [...] Hemos de adoptar acuerdos justos con otros países. [...] Si es preciso, los aranceles a productos procedentes de países que no cooperen pueden equilibrar la balanza, añadiéndose el arancel al fondo común de dividendos públicos.
"La democracia funciona, pero a veces se mueve con lentitud. Queda poco tiempo. Las elecciones del 2008 son críticas para el planeta. Si los americanos jubilan a los congresistas más antediluvianos, si Washington se adapta para afrontar el cambio climático, nuestros hijos y nietos podrán albergar todavía grandes esperanzas.

*Texto traducido por Ciro Arbós Moya.

lunes, junio 16, 2008

Consumismo y depredación Vs. solidaridad y diálogo

Parece que no ha funcionado la idea de proponer topes a las emisiones de gases invernadero. Los países que más contaminan, EE.UU. entre ellos, se niegan a tener limitaciones de cualquier tipo. Es que las reglas las fija el mercado y el mundo gira en torno a él: primero la economía, luego la política y en última instancia las personas.

Personalidades de la política y algunos científicos han propuesto invertir en tecnología para intentar solucionar el problema de la contaminación del planeta. Sin embargo, la economía global que no deja de crecer y el deterioro ambiental corren más rápido que tantas buenas intenciones y aún de posibles avances tecnológicos. Países como China e India reclaman, también, su derecho a desarrollarse como durante más de un siglo lo hicieron Europa y EE.UU.

¿Entonces, qué?. La solución parece difícil en tanto la prioridad siga siendo la economía manejada por un puñado de conglomerados industriales y no los seres humanos. El consumismo depredador que nos invade y nos dicta formas de vida disociadas de toda humanidad y naturaleza, nos conduce al precipicio.

Se impone recuperar sistemas democráticos realmente participativos, verdaderamente inclusivos y un primordial respeto por el otro, esto es, la solidaridad y el diálogo. Porque no va a salvarnos del desastre ni la economía, ni la tecnología, ni los dioses de cualquier signo.

Habrá que parar la pelota, salir del vértigo y escucharnos. Abandonar los fanatismos y empezar a reconocernos nuevamente.