martes, mayo 16, 2006

Papeleras: No hay mal que por bien no venga

Esta disputa entre los gobiernos de Uruguay y Argentina por la instalación de las papeleras en Fray Bentos, ha llegado tan lejos como pudo la ceguera y la incapacidad para el diálogo: la corte de La Haya. Pero, sin quererlo, ha generado un aspecto positivo. El gobierno argentino reconoció que existe la contaminación y se ha perfilado como un defensor del ambiente.
Aceptó, por ejemplo, que la industria argentina es una gran contaminadora, especialmente las papeleras que utilizan tecnología obsoleta y vuelcan sus desechos al río Paraná. Pudo escuchar también que el Riachuelo, en plena Ciudad de Buenos Aires, es un río muerto y provoca innumerables enfermedades a sus pobladores del barrio de La Boca y Dock Sud, desde hace años. Se dio por enterado que hay desertificación, depredación ictícola, contaminación por la explotación minera, derrames de petroleo y algas tóxicas que invaden nuesatras aguas. Y de mucho más se enteró sobre el daño al ecosistema.

Lo bueno de todo esto es que, ahora que Argentina está obligada a ofrecer ante La Haya una cara preocupada por el ambiente, quizá nos beneficiemos todos y de aquí en más se tomen decisiones políticas responsables para evitar la contaminación creciente.

Lo mismo le pasa a Uruguay. Ahora, tal vez sus autoridades estén obligadas a dar explicaciones sobre estas cuestiones ambientales y a realizar controles serios.

Lo más importante es que tanto ruido trajo esta polémica, que ahora ningún político podrá mirar para otro lado cuando de contaminación ambiental se trate.

El acto realizado hace pocos días por el gobierno nacional en la ciudad de Gualeguaychú en defensa del medio ambiente, en el curso de la polémica por la instalación de las papeleras, tuvo su costado gracioso, si es que cabe el término. Fueron conminados a asistir todos los gobernadores y autoridades peronistas. Allí pudieron verse a políticos que son grandes depredadores del ecosistema en sus provincias, apoyando la lucha por la defensa del ambiente. Quizá pensaban en el tiempo que tardará este boomerang medioambiental en volverse contra ellos y complicarles sus negociados locales. Algunos, mostraban caras de "¿qué hago yo acá?.

Lo cierto que el tema ambiental ha llegado para quedarse y se ha colado en agendas de medios, políticos y ciudadanos.

En fin, como dice el dicho, a veces, no hay mal que por bien no venga.