lunes, junio 16, 2008

Consumismo y depredación Vs. solidaridad y diálogo

Parece que no ha funcionado la idea de proponer topes a las emisiones de gases invernadero. Los países que más contaminan, EE.UU. entre ellos, se niegan a tener limitaciones de cualquier tipo. Es que las reglas las fija el mercado y el mundo gira en torno a él: primero la economía, luego la política y en última instancia las personas.

Personalidades de la política y algunos científicos han propuesto invertir en tecnología para intentar solucionar el problema de la contaminación del planeta. Sin embargo, la economía global que no deja de crecer y el deterioro ambiental corren más rápido que tantas buenas intenciones y aún de posibles avances tecnológicos. Países como China e India reclaman, también, su derecho a desarrollarse como durante más de un siglo lo hicieron Europa y EE.UU.

¿Entonces, qué?. La solución parece difícil en tanto la prioridad siga siendo la economía manejada por un puñado de conglomerados industriales y no los seres humanos. El consumismo depredador que nos invade y nos dicta formas de vida disociadas de toda humanidad y naturaleza, nos conduce al precipicio.

Se impone recuperar sistemas democráticos realmente participativos, verdaderamente inclusivos y un primordial respeto por el otro, esto es, la solidaridad y el diálogo. Porque no va a salvarnos del desastre ni la economía, ni la tecnología, ni los dioses de cualquier signo.

Habrá que parar la pelota, salir del vértigo y escucharnos. Abandonar los fanatismos y empezar a reconocernos nuevamente.