domingo, septiembre 11, 2005

Algo más sobre el puerto de San Isidro

Cuando se envió la citación de desalojo para todos los clubes que habitan las márgenes del puerto de San Isidro, se pasó por alto que hay dos instituciones que son propietarias de sus tierras: el Club Naútico San Isidro (CNSI) y el Centro de Egresados de Navegación a Vela (CENAV). Todos los otros clubes están asentados en tierras pertenecientes a la Municipalidad, la que puede iniciar acciones legales en cualquier momento para recuperar esas tierras para el proyecto urbanístico mencionado. Esto quiere decir que tanto el CNSI como el CENAV no pueden ser desalojados de la tierra que ocupan.
Sin embargo, el CENAV tiene una situación comprometida con la Municipalidad, por una abultada deuda de más de cien mil pesos, fruto de malas administraciones y de las crisis económicas que afectaron al país en los últimos años. Esto lo pone en riesgo si la Municipalidad decidiera intimarlo a pagar en breve tiempo lo que debe e intentar desalojarlo por esa vía. Hay que tener en cuenta que esta institución tiene una úbicación privilegiada, lo que la hace muy apetecible.
El CNSI, en cambio, es el club más poderoso de la zona. Tiene una gran extensión territorial sobre la salida del puerto de San Isidro y también en la ribera opuesta; incluso ha conseguido ocupar una de las orillas de la isla de su vecino el CENAV, justamente la que da al canal de salida del puerto de San Isidro, y en ella ha instalado sus barcos. A pesar de los reclamos legales del CENAV, la justicia le ha dado la razón al CNSI. Está bien claro que el CENAV está en una posición de gran vulnerabilidad.

Otro dato que convendría relacionar cuando se habla de la transformación del puerto de San Isidro, es el megaproyecto privado que ya está en marcha en Vicente López, partido vecino al de San Isidro. Allí, en terrenos públicos, se proyectó un megacomplejo que incluye un centro comercial, cines, un estadio, un hotel cinco estrellas, edificio de oficinas y otras mejoras, con una inversión de 250 millones de pesos.
El proyecto para ser aprobado tuvo que hacerse con excepciones al código urbano y en la víspera de Nochebuena, entre gallos y medias noches, y sin haber sido revisado por el Consejo Asesor Permanente de Planeamiento Urbano, como destaca el diario La Nación en su edición del 24 de abril pasado. Dice también La Nación, que se otorgaron permisos para levantar torres de hasta 24 pisos en zonas de Olivos y Vicente López. Muchos de los vecinos sienten avasallados sus derechos y han expresado sus reclamos sin resultado. El megaproyecto ya está en marcha.

Volviendo al tema del puerto de San Isidro, son muy fuertes los intereses que confluyen en esa zona, son muchos los millones de pesos que empujan los negocios particulares por sobre los intereses públicos. Convendría estar atentos a todos estos movimientos para no ser sorprendidos por una nueva cédula de desalojo, que esta vez, quizá, no sea suspendida.

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